En un interesante artículo publicado hoy en el Levante, Camilo José Cela Conde reflexiona sobre los medios libres: su papel como órganos críticos con el poder y hasta qué punto eso no implica necesariamente independencia, en la medida que se estén defendiendo los intereses de la opsoción, que a veces pueden ser espurios. Excelente. Pero ya puestos, apliquemos el mismo criterio a la Comunitat Valenciana. ¡Madre mía, cuántos periodistas deberían dejar de hablarse entre sí si abriéramos este melón! Pero no veo por qué no deba hacerse si lo hacemos en los casos de USA, Madrid o Italia. Antes de enfangarme en el tema, quisiera señalar que la muy facha FOX tiene en su parrilla la serie de animación "Padre de Familia" (La Sexta, en España), que tiene poco de los principios promulgados por la FOX. Algo así como si Intereconomía emitier "El Intermedio". Entrando en el tema local, unos pocos apuntes: no toda la prensa mantiene ese código ético de silencio. Gran parte de la prensa de la derecha arremete sin rubor contra los medios supuestamente izquierdosos. Estos a su vez se contiene, pero no sé hasta qué punto debieran hacerlo siendo así que los medios complacientes con el poder han pasado a ser parte del organigrama efectivo de éste. Por último, lo más próximo a la equidad es una serie de medios críticos con toda clase de poder, cada uno desde su punto de vista. Y si no hay un cierto equilibrio de fuerzas el resultado se pervierte. No hace falta que los medios más objetivos sigan a los más partidistas en su deriva, pero cada uno tiene su papel en la sociedad. Los medios progresistas pueden y deben encontar el equlibrio entre negarse a que la caverna mediática les marque el espacio a ocupar -por aquello de los complementarios- y la inacción a la que puede conducir esa negativa. Si sólo se oye "BUM, BUM!!" por un lado, al final la ciudadanía acaba pensando que es verdad.