MERCKX, SCHUMACHER, BERLUSCONI Y CAMPS.
En su apogeo, en 2004, Schumacher heredó -para algún periodista- el apodo de "el caníbal" del gran ciclista Eddie Merckx. El mote se basa en que tanto uno como otro, no peronaban una: ni un sprint, ni una meta volante, ni etapa que se le pusiera a tiro, por mucha ventaja que llevara en la general, en el caso del ciclista belga. Ni una victoria ni una pole ni una vuelta rápida en el caso del campeón alemán de F1. No importaba la ventaja por alta que fuera: "a l'enemic, terra als ulls!"
Ayer me llamó la atención una entrevista a un juez italiano que persigue con todas sus fuerzas a Beelusconi. Afirmaba que aún si el Constitucional abolía la ley de impunidad de Berlusconi, al día siguiente dictaría otra igual. ¿Dimisiones? NO: en un país normal, eso pasaría, pero en Italia no.
También me llama la atención con qué facilidad los periodistas de "Madrid" están tan seguros de que, cuando la cosa se ponga negra, caerán -políticamente- las cabezas de Costa, Rambla, Serra o bien "si Rajoy estuviera en el gobierno, Camps ya habría caido". Tal vez conocen a Rajoy, pero ni a Camps ni a la sociedad ni la Comunidad Valenciana. Para uno de esos periodistas de medios conservadores que lo más que conocen de la CV es los resultados electorales, que los socialistas son catalanistas, y el cheque recibían por los "Parlem Clar" -que insisto, hoy no hay manera de hacer- es fácil decir que Camps y Costa -al que creen "vicepresidente" (!!!)- caen, se coloca a Rita Barberá, que es la que conocen, y chimpún. Total, con 20 puntos de ventaja, se corta por donde haga falta uanques e quede uno en 10 puntos.
Y aquí es donde entra -entre otras consideraciones- el factor "Merckx". El PP valenciano es fisiológicamente -ya, es la segunda vez que uso este adverbio- incapaz de hacer un gesto que pueda suponer limar ni un 0,01% de la ventaja electoral. Son así: no perdonan una! Ni minutos de presencia televisiva de la oposición, ni formas democráticas, ni una alusión al PV, ni lelatad parlamentaria, ni, por supuesto... ni una dimisión. Nada, y mira que ha habido ocasiones. Pero nada, insisto, NADA que pueda reconocerse como una asunción de un error, se produce JAMÁS en nuestra autonomía que por ello es tan distinta, tan no-normal como Italia aunque no se parezca a aquella -los lugares no normales son muy suyos-. Y mira que a veces taparían unas cuantas bocas -las pocas que les tosen- sin apenas coste electoral y se cargarían de razón aunque fuera con un gesto hipócrita. Pero no: les da igual.
O les da miedo. Pronto lo sabremos.
O les da miedo. Pronto lo sabremos.
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