El Blog del Sapo

Hola amigos. Soy El Sapo y este es mi blog. Sería muy tonto daros indicaciones sobre de qué va. Ya iréis viendo. Sólo quiero daros mi opinión. Procuraré ser divertido y llamaros la atención sobre cosas que no veo reflejadas en los medios de comunicación. Bueno, mejor no os masacro con más presentación.

sábado, diciembre 20, 2014

"VALMONT" y "LAS AMISTADES PELIGROSAS"

Hay dos figuras entre el columnismo local que comparten unos cuantos rasgos del currículum: ambos fueron el factotum de sendos medios informativos autonómicos, hasta hace unos siete u ocho años, y ambos escriben ahora sus respectivas columnas de opinión demostrando aquello de "circumstancies change" que diría Sir Frank Williams. En efecto: ha cambiado -con esas circunstancias- tanto la perspectiva desde la que ven y cuentan los hechos, tanto aquella desde la que el lector les percibe.
Las coincidencias, no obstante, se quedan en eso, en que ambos llevan barba -ahora, antes uno de ellos no-  y acaso el contraste entre la complacencia con el poder local de entonces y la crítica de ahora. No en igual medida, ni de lejos con las mismas responsabilisdades, todo sea dicho.

Pero pare vd. de contar. Porque una cosa es haber sido jefe supremo de informativos de Canal 9 -el mismísimo Belcebú para cualquiera de estos rojos que criticábamos sin parar RTVV- y haberlo hecho con notables hazañas que el olvido ha tratado con indulgencia -lo que tiene no haber caido en un "ce-ce-o-o" pese a haber hecho cosas a la altura de Urdaci- y otra haber dirigido una delegación valenciana de un diario que ya entonces empezaba a ser molesto con el PP-CV y que en todo caso le daba informativamente cien mil vueltas a los NT9. Y es que ya entonces pese a que uno pudiera discrepar de los postulados y la forma de exponerlos -especialmente en temas relacionados con el nacionalismo- uno veía en Benigno Camañas un periodista serio hecho y derecho, mientras que el siempre sonriente Lluís Motes inspiraba valoraciones, digamos, poco benévolas como director y presentador de los NODO locales. En realidad, la calidad como periodista de Motes la estoy descubriendo ahora. No deja de sorprenderme ver que tiene opiniones propias que además parecen darse de bofetadas con lo que la videoteca parece sostener. Admito que es una sorpresa estúpida: todo el mundo tiene opiniones propias, pero uno tendía a creer que los artífices de los NT9 obedecían órdenes. A gusto, pero las obedecían.

La sorprendente comparación viene a cuento porque hoy mismo ambos firman sus columnas casi con el mismo título: "Buscando un líder" para Camañas, "Se busca un líder" para Motes.
Las semejanzas van poco más allá del título. Camañas critica la indecisión, los métodos y acaso la más conocida alternativa en la persona de Bonig, sin olvidarse de señalar que Rajoy es el único que se autoelige sin pasar por Arriola. Cosas que no por ya dichas por muchos pierden su valor, y que conviene recordar. Como que Bonig es muy de derechas -sic- y añadiría yo que muy blavera: me sorprende que Benigno soslaye ese matiz. No por nada, es que es un detalle importante. No lo hace así, es más, lo enfatiza, el ex director de informativos de C9. No obstante, el artículo pese a ser más complejo, creo que se queda en una media tinta. Es difícil entender qué propne Motes, al tiempo que no nos queda muy clara su opinión sobre lo que hasta ahora parecen proponer. No es buena, es obvio, pero uno esperaba más.
Me quedo, sin embargo, con lo que cita de Marcos de Quinto -que sin el "de" tendría nombre de centurión pero es el dire local de Coca Cola- "Podemos está bien para levantar conciencias y que la grosse koalition sólo daría para tapar vergüenzas. ". Amén.

martes, diciembre 16, 2014

"PERIODÍSIMO"

Para una persona como yo que raja sin cesar de lo que no le gusta del periodismo es, créanme, muy grato llevarse agradables sorpresas en el sentido contrario. Sería fácil -y hasta jsutificado- pensar que sólo disfruto quejándome. Antes, de Canal 9. Ahora, como ya no hay, de todo lo que se mueva y estampe su firma en un medio. Pues no, no se crean. Está claro que los que, además de consumir periodismo, lo criticamos, somos un dolor de muelas: al que tenga un sesgo afín al nuestro, o bien le criticamos su partidismo, o le zurramos cuando no ejercen esa "militancia". Del periodismo de tendencia opuesta, ya ni te cuento: no le pasamos una. ¿Somos tan injustos? pues sí y no... es que a veces hay razones objetivas para quejarse, ¡qué demonios! Obviamente todos tenemos nuestro sesgo particular, la objetividad total no existe.
En fin, creo que si echan la vista hacia atrás verán que he dicho mil veces varias cosas:

-Que si el PP (de Fabra) no hubiera asumido el herculiano reto de emprender la legislatura con un grupo cargado de 10 o 11 imputados, no hubiera tenido que hacer la heroicidad de eliminarlos uno a uno. Ni tendríamos que gradecerle el esfuerzo. Me revientan las tareas inútiles e innecesarias salvo que sean placenteras. Es como eso que dice Argiñano de echar un montón de garbanzos al suelo y recogerlos uno a uno para hacer ejercicio.
-Que este gobierno actual paladín contra la corrupción, propia de su partido se entiende, disfruta de margen de maniobra gracias a la mayoría absoluta conseguida por esos a los que ahora persigue, esos de los que reniega, esos que presume de haber hechado de sus filas.
-Que desde la dimisión de Camps se empezaba a caer todo el tinglado que ocultaba que esas mayorías eran espurias al haber sido conseguidas con trampas, con dopping, o bien bajo criterios éticos y morales, y ahora parece que objetivos y judiciales, vista la apertura de juicio por financiación irregular. Que en época de elecciones pasa a ser tipificada como delito electoral, de lo más grave en democracia. Seguir gobernando con un sustituto -y ojo, prácticamente el mismo Consell- como si no hubiera pasado nada era inadmisible, y reprobable: tanto en la persona que dio por bueno el artificio -Rajoy- como el inmaculado sustituto escogido para el mismo: Fabra.
-Que también es reprobable a los medios que por acción u omisión admitieron la maniobra. Puede ser temerario decir esto: si todos los medios se hubieran echado en tromba  diciendo "Esto es inadmisible" otro gallo hubiera cantado. En lugar de eso vimos "Va, concedámosle tiempo". Salvo honrosas y escasas excepciones. Digo que es temerario o arriesgado, porque hemos visto ejemplos de aguante coriáceo e impávido por mucho que se queje la prensa  -"Aguanta, Luis!"- aunque obviamente se podría haber intentado. Y no se hizo. Lo repito: tiren de hemeroteca y díganme si las portadas eran las propias de un lugar donde se va a presentar -y según las encuestas va a ganar- un presidente que va a sentarse en el banquillo casi con absoluta certeza, y al frente de un partido que va a ser sentado en el banquillo por financiación irregular. Salvo, de nuevo, alguna excepción.

Así pues, cuando desde algunos medios se admite esta responsabilidad, uno se queda gratamente sorprendido -por lo poco frecuente- y sobre todo aliviado. Resulta que no somos cuatro malpensados los que nos empeñamos en ver cosas raras.

Este domingo Rafael Navarro en EL MUNDO-CV -del cual es director- y Xavier Ribera en Levante-EMV se dejaban caer con dos artículos imprescindibles y que resultan una buena noticia en estos tiempos.

 Navarro, partiendo del caso de Rus y los Leds, y el silencio generalizado respecto a este caso, acaba haciendo una reflexión general sobre la complicidad silenciosa de los medios con las cosas que han ocurrido en los últimos ¿siete años? -la fecha la pongo yo- y cuyos frutos vemos ahora. Habla de "mirarse al espejo" y... bueno, lean ustedes mismos:
"Estimados compañeros, con espíritu constructivo, no es de recibo que en la tercera capital de España la prensa esté amordazada ante el gran caso que rodea a Rus. Los periodistas tienen que hacer buen periodismo, el problema de nuestro sector es que falta transparencia y deben cambiar los métodos facilones de los gestores y los publicistas, el periodismo no puede dejar que se manchen sus firmas con la escandalosa censura que impera aquí. Echamos en falta un buen debate organizado por la Unió de Periodistes donde la profesión se mire al espejo. No es una cuestión interna, afecta a toda la sociedad. El mayor daño en la imagen de esta región no son los hechos, sino el tiempo que han durado algunos en los cargos -Carlos Fabra, Castedo-, ha ocurrido en Castellón y Alicante. Eso no hubiera sido posible sin la complicidad de una parte de la prensa ¿También en Valencia? ¿Somos periodistas o qué somos? Pues hagamos buen periodismo, ese que publica la verdad, incomode a quien incomode."

Puedo coincidir o no con el punto de vista que pueda tener, según el caso y el día, Rafa Navarro  - o con los de Civera, Monreal, Quirós, Alberola...- pero este tipo de reflexiones me desarma. Ya no se trata de darle más caña a los de izquierdas o a los de derechas: cuando desde un medio se llama la atención sobre mordazas y silencios, hay que descubrirse. Sobre todo si no es un gesto gratuito y hay más que abundante fundamento, como es el caso. Estoy seguro de que estas palabras habrán escocido a maás de uno -no puedo esperar a leer las reacciones- así que no es precisamente fácil hacerlo, ni la mejor forma de ganarse amigos. Me gusta cuando desde un medio se felicita a otro -cosa que ha venido ocurriendo recientemente- si hay motivos para ello. Pero bien están estas llamadas al periodismo independiente. Si el lector acaba creyendo que sólo el ve cosas raras, complicidades inadmisibles, su pérdida de confianza es irreversible.
"Por el viejo periodismo", que sería un lema que valdría para los dos artículos a los que me refiero, es el que da título al segundo. Por el viejo y por el nuevo, añado yo. Xavier Ribera hace una precisa, implacable y exhaustiva disección -a lo vivo, dolorosa pues- de una serie de circunstancias que, aún siendo obviedades, parece que se olvidan a menudo: "La crisis que vivimos de forma permanente, desde 2007, ha golpeado el entramado de medios de comunicación. Los periódicos hacen cuanto pueden para sobrevivir. La pugna entre recortes presupuestarios, prejuicios ancestrales, hegemonías ideológicas y restricciones publicitarias, han erosionado la urdimbre informativa y mediática, amenazada por la escasez de recursos y la precariedad laboral de los profesionales." afirma a modo de descripción de la situación. Añade una realista bofetada: "Un medio de comunicación privado ha de ser un negocio. Es la única manera de garantizar su continuidad, al margen de influencias ajenas a su razón de ser. No hay prensa independiente, porque las empresas editoras no son imparciales. Los medios dependen de los intereses de los editores que son económicos, ideológicos, políticos o a una mezcla de todos ellos, en el magma de los lobbys o grupos de influencia."
En efecto, así es. Pero es que encima de depender de patrones con sus propias manías, ideologías e intereses -sobre todo esto último- escriben para lectores que presentamos los vicios que he apuntado en la introducción. Qué difícil es contentarnos. Difícil pero necesario: "Los medios de comunicación se deben a su público y a sus lectores. Sin ellos, sin su aceptación voluntaria y activa son nada. La prensa existe y pervive porque los lectores quieren. Es la opinión pública la que le proporciona su respaldo, nunca en el sentido de la corriente sino en contra de ella. Los lectores aportan los recursos necesarios para que sea posible el milagro de que un periódico renazca cada día."
Y a continuación, una descarnada reflexión: "La ignorancia, la falta de inteligencia y la abundancia de factores perversos han acelerado la decadencia actual en competencia desleal. Hay medios que pueden permitirse el lujo de perder dinero todos los días durante años."
Ribera sigue y sigue, y al artículo no le sobra ni una linea.
Se centra -lo hace al final- en el penoso episodio de TVE con Pablo Iglesias. Un tema de prensa pública.
Navarro se refiere, por su parte, a la privada.

Como ven, estamos sitiados: por un lado, los medios públicos complacientes con el poder, y `por otro los privados enfrascados en la misma tarea.
En medio, la ciudadanía y los periodistas que no quieran seguir ese juego vergonzoso y vergonzante. Quien se apunte, es bienvenido.
Un saludo desde la charca.

miércoles, diciembre 03, 2014

DE LO BUENO Y LO AUSENTE

He de admitir que mas bien a menudo he sido un cabronazo insensible y he criticado duramente el trabajo de algunos periodistas. Lo veo legítimo por otra parte. Como a todo "artista". Y  los periodistas a menudo lo son pues reúnen bastantes características del gremio: funcionar -cara al público, oculto queda el trabajo diario- a base de "actuaciones", valer lo que vale la última de ellas, estar tus prestaciones sometidas a tu grado de inspiración en cada una de las entregas, ser su valoración algo muy subjetivo...

Ultimamente me debo haber ablandado como el R. de Niro de "Analyze this", y veo feo -o es que me aburre- rajar de lo que no me gusta. O es que pienso que en esta época de cambios, hacen falta todos. O que, con la crisis que hay en el sector -a decir del propio sector- alguno está atado de pies y manos.

Así que he decidido alabar aquello que me guste y omitir comentarios sobre lo que me parezca reglar o simplemente malo. Ni que decir tiene que también habrá cosas que me gusten que no tenga tiempo de comentar!
Así, me ha gustado mucho el "articulorial" de Rafa Navarro de este domingo. Cuando la prensa -vamos, las personas que la hacen- muestran abiertamente su preocupación con sinceridad, me parece positivo. Una de las pocas veces que Rafa apareció en Canal 9 dijo -perdón si falto a la textualidad- que "hay medios que se venden por un faldón de publicidad". Me gusta oir a un director de periódico decir eso: a ver, no me gusta que eso ocurra, pero no estamos tontos y sabemos que sí ocurre, así que el hecho de que un director de un medio lo diga, ya te hace ver que no es sólo malicia tuya.

No suelo contar los faldones de publicidad de EL MUNDO-CV porque no siento el impulso de hacerlo. Cuando lo hago en un determinado medio, se pueden imaginar por qué. Independientemente de la diatriba entre Casimiro y Pedro J sobre con quién de los dos eran más incómodos para el poder, la edición valenciana de EL MUNDO lleva una temporada bastante larga siendo cualquier cosa menos una chaise longue. Y se agradece en este contexto de mengüe o merme de las ediciones locales de los medios.

También me gustó, e hice mal en no comentarla en su momento, la entrevista que le hizo Bernardo Guzmán al president Fabra en junio pasado. Guzmán tiene un estilo sobrio, sin grandes alardes ni toma de posición: no es un García Farreras, para que me entiendan. Pero con ese estilo y con una constancia a pruba de bomba, y haciendo uso de la  ineludible -a mi entender aunque parece haber quien discrepa- técnica de la repregunta, dejó patente la absoluta falta de sustancia de Fabra, que una y otra vez contestaba lo mismo u optaba por el "manzanas traigo", expresión por cierto muy usada por González Pons si no recuerdo mal.

Por qué me habré acordado de una entrevista de hace casi seis meses, váyanse usetdes a saber.