DIARIO DE MITAD DE CAMPAÑA (y III)
La muleta.
Pues bien, pese a la incertidumbre de lo que hará la
formación de Rivera, al menos hay una fundada esperanza de que sumado al PP dé
una mayoría absoluta. Harto de peinarse con cortina, el PP acepta su avanzada
calvicie pero lo fía todo al peluquín de Ciudadanos. Esperan que ello impida la
debacle. Y es que por cada dos o tres votos que perdía el PP en los sondeos,
probablemente perdían al menos uno más de unas huestes poco o nada acostumbradas
a salir a perder la batalla. Créanme que conozco a bastante gente que votaban al
PP, prácticamente pasara lo que pasase, pero que se iban esta vez a la abstención, de
cabeza. De cabeza, pero por corazón también. Ciudadanos parece, entre otras cosas, un congelador donde guardar el voto cansado del PP.
¿Y la previsión? Pues qué quieren que les diga. Tengo para
mi que la suma no sale. Veamos. Es impepinable que, esta vez sí, el bloque de
votantes del PPCV se desinfla. No hay una tele autonómica para amarrar, la
corrupción finalmente SE VE, bastantes medios les han abandonado... ¿sigo?
Es decir, difícilmente nada de lo ocurrido estos cuatro
años le hará ganar un sólo voto al PP, y sí perder muchos. Los suficientes para
quedarse por debajo de la mayoría absoluta, como apuntaban todos los
sondeos.
Y bien, ¿de dónde salen los votos de Ciudadanos? pues del
PP, mayoritariamente. Sólo eso explica la rápida hinchazón de este Podemos de
derechas. De la abstención, también. Vale. Pero de abstención procedente del PP.
De ahí que le sea de gran ayuda. Les ha recuperado votos que parecían
irremisiblemente perdidos. Sin embargo, puedes coger una mayoría absoluta,
dividirla en dos partidos y ganar? No. Bueno, depende. Si partiéramos
de aquellos 55% de antaño, tal vez. Pero esos resultados, antes de reparto, ya
no existen. Hay exvotantes del PP perdidos definitivamente en la abstención o
quién sabe si en alguno de los malignos partidos de la izquierda. Al fin y al
cabo el PP presumía de haberles quitado votos. Pues seguro que algunos
devuelve.
Pues si cogemos una partida de votos que ya difícilmente
pueden dar una mayoría, repartirlos entre dos partidos SIEMPRE te hacen perder
escaños (que se lo digan a la izquierda), y además no me creo el cambio de
cromos al 100%.
Siempre he recelado del crecimiento demoscópico tanto de
Podemos, como de Ciudadanos. Este ha sido aún más fuerte, lo que hace que la
confianza sea menor. Entre otras cosas porque se adivina un mayor y más claro
interés en la cocina de datos. Pero es que en la CV se me antoja aún menos
creible. ¿Se han dado vds. cuenta de que Ciudadanos lo lidera un señor catalán?
que eso suena a lo que dijo un señor del PP en Andalucía, ya... pero creo que no
hace falta abundar en lo que significa en la CV que algo huela a Catalunya,
especialmente si esperas pescar en el caladero de la derecha. Como apuntbaa este domingo el
director de EL MUNDO CV, el "PV" es un lastre para los partidos de izquierdas,
pero asimismo una buena parte de mis amigos votantes del PP, precisamente los
que lo hacen para evitar que ganen partidos "de País Valencià", tampoco van a
votar a un partido nacido en Catalunya, aunque sea "un catalán
bueno".
Los complicados equilibrios.
A todo esto, la pregunta es ¿qué van a hacer los dos
"nuevos" -las comillas van por Ciudadanos, la aventura de Rivera tiene ocho años
y la novedad radica en los esteroides mediáticos que ha recibido en cuatro
meses- partidos? el acuerdo generalizado es que van a andar con precaución para
no "pringarse" con los dos partidos del "bi".
Pues bien: si lo de Andalucía ya resulta
bastante poco vistoso, ¿se imaginan ese espectáculo repetido en diez
autonomías? máxime si, en lugar de esturar la cuerda unas semanas -verán qué
rápido se aclara lo de Díaz tras el 24M- toca hacerlo durante seis, hasta
las generales.
Creo que la postura de C's y Po, de ponderse de perfil en
Andalucía, es inviable tras el domingo que viene. También es imposible
permanecer virginal. El análisis periodístico en general, ha pasado sobre la
cuestión de puntillas. O mejor dicho, fingiendo paso firme y haciendo ruido para
impedir que se oigan las muchas preguntas al respecto. Se repite machaconamente
que lo que interesa a ambos "emergentes" son las generales. Nada que se haga
para las autonómicas y municipales, o después, debe manchar la imagen de los
partidos de Rivera e Iglesias. Pues eso es imposible. Ya sea con abstenciones
activas o con apoyos explícitos, Podemos y C's permitirán gobiernos de
izquierdas o de derechas. Y todo el mundo hará cuentas y balances.
Tiene más que
perder Ciudadanos que Podemos en este juego: la formación de los círculos es de
izquierdas, y todos sabemos que no va a apoyar mayorías lideradas por el PP. Es
Rivera quien quiere ser "de centro", quien no quiere ser muleta... especialmente
del PP, que es el sambenito que se le ha adherido. Andalucía es un mal trago
que se puede evitar de momento Iglesias, pues el panorama en el resto de España
es mucho más halagüeño: apoyar a Díaz sería apoyar el continuismo y la casta,
pero si contribuyen dentro de cinco días a echar del poder al PP en Madrid, CV,
Castilla La Mancha o Extremadura, serán los héroes de la izquierda y eso
difícilmente les penalizará -al menos no mucho- de cara a las generales. De
Podemos sólo se espera una cosa. De C's... hay dos posibilidades. Si permiten la
continuidad de gobiernos del PP, se quitarán la cara de "centristas". Si
permiten explícitamente la caída de Fabra, Cospedal, Monago... perderían el voto
prestado del desencantado del PP.
Así que ese equilibrio, esas mayorías frágiles
de las que se hablan, no son sino entelequias destinadas a disfrazar la poca
coherencia que tiene el invento de Ciudadanos. Poca, digo, tanto del partido
como de los apoyos y elogios recibidos. Se podría decir que desde muchas voces
se da a entender que votar a C's ayuda al PP, pero sin que se note
mucho.
Centrándonos en nuestra Comunitat, la cosa está clara. Se
da por descontado el buen entendimiento entre las izquierdas y que la identidad
de la persona que alcance la presidencia dependerá de quién obtenga más votos entre PSPV, Podemos, Compromís y EU.
Los ojos están puestos, pues, en Ciudadanos. Suponiendo que sumen 50 o más con
el PP -que si no, para qué seguir- la demoscopia asegura que no
bastaría con la "abstención activa". El PP no va a sumar, ni de lejos, más que
las tres o cuatro fuerzas de izquierdas. Así pues Rivera debería ordenar que
Punset y los suyos dieran el SÍ a Fabra. Así las cosas, se plantaría en las
Generales como "el que ha permitido que el PP Valenciano -esa marca tan
prestigiosa- siga en el poder".
A todo esto, habría que entrar en el enorme contraste que
se puede producir entre las exigencias a Díaz por concederle, no el apoyo sino
una simple abstención teniendo una mayoría holgada, y un eventual "SÍ" a
minorías. Tampoco sería un espectáculo edificante centralizar "en Barcelona" las
decisiones. Ni nada nuevo...
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