¡LE TOMO LA PALABRA, Sr. PRESIDENT!
¡Sí señor, así me gusta! Este es el president que yo quería ver. ¡El president indignado, al que se la ha acabado la paciencia, el que dice basta! Y me sumo por una vez a los aplausos de su grupo parlamentario, cuando ha pronunciado la frase a la que voy a aludir. Y no entiendo cómo los grupos de la oposición no se han sumado a ese aplauso entusiasta. ¡Si es lo que todos queríamos oirle decir!
Así pues, aplaudo su frase y le tomo la palabra -que son dos cosas que en general deberían ir juntas- cuando dice que ni una más.
Ha dicho usted, como muchos miles de ciudadanos que "ni una avería más en el Metro". Es más, ha dicho que va a decir al personal de ese servicio que ni una avería más. Es más, ha dicho que se lo va a pedir. Lo que en su caso, cosa que le diferencia del resto de los Valencianos, significa que se lo va a ordenar. Apelo a esas palabras de su superior político en Madrid "..que venga una persona que mande!"
Así que me congratula que por fin, ese deseo de miles de Valencianos de que no haya ni una avería más, lo traslade en forma de orden a sus subalternos al mando de Ferrocarrils de la Generalitat.
Y le voy a pasar por alto varias cosas.
"Ya era hora, podría haberlo hecho antes!" Dirán los impacientes. Yo no. Le sé hombre de gran paciencia y le pasaré por alto su tardanza.
También le voy a pasar por alto que en el mismo día haya descalificado a la oposición de izquierdas calificando su resumen programático de "algo que no leyó ni siquiera en mis -sus- años de estudiante" cosa que por supuesto no dudo.
Le paso por alto que desconozca la diferencia entre la ilegalidad, y defender democráticamente iniciativas legales y constitucionales aún inéditas. Según esa regla de tres, el poder legislativo no serviría para nada, ya que ninguna ley nueva habría que hacer o proponer, so pena de incurrir en la ilegalidad.
Y esto último se lo paso por alto porque sé que en el fondo sabe que es así, pero debe haberle apetecido hacer un poco de demagogia. Todos tenemos nuestros hobbies.
Le paso por alto que cuando la oposición, en el cumplimiento de su deber, le reproche que RTVV esté dirigida por su exjefe de prensa -¿ex, seguro?- vd. o sus subalternos lo demuestren silenciando esa parte del debate en la correspondiente crónica en NT9. Y no, no voy a esperar que, como en el metro, les diga que no quiere que vuelva a ocurrir nunca más!
En fin le paso por alto todo esto porque estoy en definitiva contento de que haya pedido -caramba, no ha usdo el verbo exigir que tanto le gusta en otras ocasiones- a la dirección de FGV que no quiere ningún incidente más.
Y le tomo la palabra, insisto.
Eso sí, con todas sus consecuencias. Primero, la de alegrarme, porque sé que, después de pedirlo vd. no se producirá ninguno como cualquiera de los que se han repetido casi a diario en estas dos últimas semanas. Algunos impacientes dirán "Caray, entonces ya podría haberlo pedido antes". Pero nunca es tarde si la dicha es buena.
Y además de tomarle la palabra, es que le creo. Creo que lo ha dicho porque se le ha agotado la paciencia. Y que actuará en consecuencia. Porque doy por hecho que si se produjera el más mínimo incidente -por pequeño que sea, aun como los de estas semanas- hará lo que hace todo jefe cuando pide algo a sus empleados y no lo hacen.
Hará destituciones. Ceses.
Algunos dirán, si se produjeran, que bien cesados estaban por motivos anteriores. Responsabilidades pasadas y no depuradas en su momento.
Unos impacientes, ya le digo.

Jaume