EN TIERRA HOSTIL
Ironiza hoy la inigualable MJ Grimaldo en Las Provincias sobre las palabras de Jáuregui sobre la hostilidad de la CV con el socialismo.
Es verdad que eso no es cierto. La hostilidad no se circunscribe exclusivamente al socialismo: se extiende a todos aquellos que no muestren suficiente fervor por Camps y su PP local. O a aquellos sospechosos de poder flaquear, especialmente en directo y ante las cámaras.

Grimaldo lo sabe bien, pues ha visto en estos días mermar considerablemente la escuadrilla de tertulianos que le acompañan en las mañanas de C9 para ver quién muestra más furor con Zapatero, Luna, Alarte, Garzón y demás enemigos (los catalanes ahora no tocan), y más fervor por Blasco, Camps, Barberá...
La criba ha sido demasiado grande para ser casual o debida a indisponibilidades. De quince se han quedado en nueve: Grimaldo, Ureña, Pérez, Ferrer-Sansegundo, Cuenca, Valencia, Tamayo, Blasco y Carneiro. L@s seis primer@s por partida doble.
Faltan seis de los habituales: Lagardera, Ortiz, Salazar, Zaragüeta, Montesinos más la aplaudida baja (me temo que momentánea) de la excesiva y comentada Casanova.

Pues eso, que Grimaldo sabe bién lo que es la hostilidad del ente y el gobierno que lo controla con todo aquel que ya no le sirva a sus propósitos (antes han caido otros).
Desaparecen de la cada vez más "plural" tertulia nada menos que el 40%.
Pero es verdad, no es la tierra, no son sus habitantes (que es lo que queremos decir cuando decimos tierra) la que es hostil. Son sus gobernantes. Con la vergonzosa complicidad de personas que, testigos de todo ello, luego se permiten el lujo de ironizar. Y con la casi más vergonzosa pasividad de otros.