REFLEXIONES VELANDO ARMAS
Es interesante leer lo que los medios ponen omo "minutos musicales" a la espera de la lista del nuevo Consell. Del extenso artículo de Levante me quedo sin embargo con la insulsa reflexión sobre la incapacidad demostrada de Camps de relevar a un/a conseller/a ineficaz, que los ha habido y unos cuantos. Lean:
"Pocos cambios en ocho años
Francisco Camps se ha caracterizado por cambiar pocas piezas en sus equipos de gobierno a lo largo de estos años. Reformó su primer Consell sólo en dos ocasiones entre 2003 y 2007. En agosto de 2004 para incorporar a tres consellers, crear una vicepresidencia y cambiar de cartera a la mitad de su gobierno; y de nuevo en mayo de 2006, aunque sólo para redistribuir competencias entre los miembros de su equipo.
Por su parte, en la pasada legislatura fueron otras dos las reestructuraciones, que vinieron forzadas por situaciones ajenas en principio a su voluntad. El presidente inició su segunda legislatura con un gabinete formado por catorce consellers (diez hombres y cuatro mujeres), gracias a la eliminación en el nuevo Estatut del límite en el número de consellerias, fijado hasta entonces en diez.
La marcha del conseller de Justicia y Administraciones Públicas, Fernando de Rosa, al Consejo General del Poder Judicial, en septiembre de 2008, obligó a Camps a introducir los primeros cambios en el Ejecutivo que había nombrado hacía apenas quince meses. Fue así como la hasta entonces secretaria autonómica de Cohesión Territorial, Paula Sánchez de León, entró en el Gobierno para convertirse en una de las personas de confianza del presidente -y futura presidenta según muchos-.
El 28 de agosto de 2009, Francisco Camps remodeló el Consell por segunda vez, sin cambiar en esta ocasión ninguna cara, después del fallecimiento del conseller José Ramón García Antón. Aunque Camps atribuyó en aquella ocasión los cambios a "circunstancias extraordinarias", aprovechó para reestructurar el Consell y convertir a Vicente Rambla en el hombre fuerte del Ejecutivo que asumía, además de la coordinación de todo el Gobierno, la Conselleria de Industria, Comercio e Innovación. Pasó a ser, en palabras de Camps, el "coordinador de todas las políticas de creación de empleo" de la Generalitat, dejando un tanto escorado al vicepresidente segundo y conseller de Economía, Gerardo Camps.
Con aquella importante reestructuración Camps redujo las consellerías de 14 a 13, amortizando la de Presidencia, al igual que se espera que haga en esta ocasión con tantas otras. Aquel ejecutivo de 2009 ya estaba manchado por el caso Gürtel, que en aquel momento había sido desestimado en primera instancia por el TSJ valenciano, pero al que aún le quedaba un largo viacrucis judicial por delante."
Pese al párrafo tan largo dedicado a ello, se echa en falta un análisis algo más estricto y exigente de la reticencia de Camps a hacer cambios en el Consell. Obvian vds. que el primer cambio, de 10 a 13, además de saltarse el Estatut -lo mencionan en el siguiente cambio pero no en el que la norma era contraria y el cambio llamativo- , hace una pirueta increíbe para ello, y fue para controlar las luchas internas con el Zaplanismo. Tampoco es como para olvidar el hecho de que jamás ha hecho destituciones, pese a haber importantes razones en variados departamentos (accidente del metro, caos en Educación, desencuentros variados en agricultura, infraestructuras, decepción total de Nieto) por no hablar de la "parálisis" del consell que rellenó tantas páginas -incluso en la prensa amiga- durante año y medio, mientras los medios se pasaban la vida anunciando "cambios inminentes para recuperar la iniciativa política". Tal vez el summum fue quitar las competencias a una consellera sin dejar de cobrar por ejercerlas, algo público, por tener tareas de partido (algo, de momento, privado).
¿ Se imaginan que Rubalcaba siguiera siendo Ministro de Interior oficial y nominalmente, pero delegara sus funciones en otro ministro porque tiene "deberes" de candidato?¿Por qué ha de haber un nivel de exigencia mucho menor en la política valenciana? ¿Qué calidad de democracia esperamos pues?
Camps es incapaz absoluto de destituir un conseller en plena legislatura: a falta de una explicación mejor, por miedo a las posibles represalias y/o por miedo a la sensación que se da ante el pueblo de que alguien no ha hecho algo bien. Y eso incapacita a una persona para gobernar, aún cuando en otros aspectos (que no es el caso) fuera brillante. Ser inapaz de desprenderse de las malas elecciones, o aquellas que han llegado al final de su recorrido, pone en duda su riterio incluso para seleionar sus colaboradores.
Es así y hay que decirlo -y repetirlo- o casi nadie se dará cuenta.
3 Comments:
Amigo Sapo, mejorar al antiguo Consell no será difícil, pero observando los primeros cargos y me refiero a la Presidencia de las Cortes con Cotino, la esperanza se esfuma de inmediato, nos espera por delante más mediocridad, ojala me equivoque.
Un abrazo
Pues ya tienes el resultado. Lo de Lola Johnson es muy fuerte. Es como poner a Urdaci de ministro, más o menos...
Pues ya tienes el resultado. Lo de Lola Johnson es muy fuerte. Es como poner a Urdaci de ministro, más o menos...
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