SILLY SEASON
Cada uno es muy libre de aplaudir lo que quiera, de celebrar auges y caídas, y de tener sus raseros con las diferentes fuerzas políticas; pero... ¿lo de UpyD hacia C's no es transfuguismo puro y duro?
Lo cierto es que tenía pensado un post con este título desde la mili de Flash Gordon. ¿Qué digo? ¡desde que era quarterback en la Universidad! Lo que me motivaba era... Un momento, esperen ¿que no saben lo que es la Silly Season? Ah, vale. Pues es la temporada -"tonta"- hacia la mitad del ejercicio en la que, en los deportes del motor, se rumorean fichajes y cambios de equipo de lo más bizarro. Idas y venidas inerosímiles. De ahí su nombre. Mi ignorancia me impide saber si el término está lo bastante extendido -a otros ámbitos, especialmente ahora que somos todos tan cool- como para que esto sea una perogrullada. Pero no haré trampa y no lo buscaré. ¡Qué bien sé casar vagancia con dignidad y honestidad impostadas!
Bien, pues desde hace unos meses hemos leído sobre los más morbosos fichajes. La mayoría quedaron sólo en la imaginación de algún periodista, o de algún confidente, o del interés de este último o de ambos. El ejemplo estrella que me viene a la mente es el de Mónica Oltra. Tenía más sitios a donde ir que Fernando Alonso el año pasado. Que si sería una cabeza visible magnífica para el PSPV, luego que si se iría a Podemos... creo que, menos a VOX... a cualquier sitio.
En la mayoría de los casos yacía un interés más próximo al experimento-intoxicación que a la información: desgastar a este o a aquel/lla -y la cosa iba desde la propia interesada al líder del lugar de aterrizaje pasando por sus actuales compañeros de viaje del que emigra- amén de poner en un brete a la o las formaciones al completo. En definitiva, "botón de Tibbets" a tope.
Al margen de la componente de intención, lo que más me llamó la atención de dichos procesos fue el andamiaje de acriticidad que sombreaba -qué pasa? yo también leo a Suso!- dichas elucubraciones. Aparentemente a todo el mundo le parecía razonable que Oltra o quien fuese pudiera fichar por este o aquel partido con la facilidad con que se intercambian cracks los clubes de fútbol. Supongo que es necesario para no tener ninguna cortapisa autoimpuesta
Pues bien, similar sensación me produce el cuajo con que se prevén, relatan, glosan, e incluso jalean los fichajes -estos sí, reales, se acabaron las bromas que llegan las elecciones- de ex integrantes de UPyD hacia Ciudadanos. Puedo comprender que, visto que UPyD ya no da el resultado que se esperaba, medios que se dispongan a activar legítimamente el Tibbets-Button -a alguno se le ha dormido el dedo y todo- hagan eso tan valenciano de "lo que faça falta" para alimentar la creciente C's con los restos de UPyD. Pero caramba, ¡un poco de espíritu crítico, por favor! de verdad no produce ni una mínima inquietud que alguien pase de un partido -que se hunde- a otro como si cambiara del Mercadona al Consum porque tiene las cocas de anís mejores y más baratas?
La mayoría de los casos no constituyen transfuguismo stricto senso ya que no hay cargos representativos de por medio -alguno sí, creo recordar- pero en partidos con poca representación, la posición de figura pública con cuota mediática representa el mismo valor que el decisivo escaño para partidos con mando, no nos engañemos.
Por ponerles un ejemplo. Si el Sr. Cantó se pasa de UPyD a C's con la facilidad con que un delantero cambia franjas balugranas por blanco inmaculado, dudo que vaya a ser una acción digna de demasiados elogios.
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