El Blog del Sapo

Hola amigos. Soy El Sapo y este es mi blog. Sería muy tonto daros indicaciones sobre de qué va. Ya iréis viendo. Sólo quiero daros mi opinión. Procuraré ser divertido y llamaros la atención sobre cosas que no veo reflejadas en los medios de comunicación. Bueno, mejor no os masacro con más presentación.

lunes, enero 20, 2014

 OTRA DE JEDIS

Jorge Bellever tiene cara de personaje de dibujos animados. No es una burla, menos aún una basada en su aspecto físico. Es una realidad constatable a la hora de hacerle una caricatura. Te sale, indefectiblemente, uno de esos personajes producto de Hanna-Barbera -¡caramba, qué coincidencia- que hacían de poli bonachón o guarda forestal que se las tenía con el travieso Yogi. En realidad es más un halago que otra cosa: tiene cara de buena persona.


A menudo, esa cara es el espejo del alma. Otras veces, no. Nuestro president actúa acorde con su aspecto y expresión cerúleas. Gonzáles Pons tiene un aire a aquello en lo que devendrá con los años el televisivo Kiko Hernández, ingenioso, malévolo y travieso.
Sin embargo, Bellver parece verse obligado a impostar una actitud que parece que no le va. No tiene cara de hablar de odios, insultos y cosas de esas. Aunque a fuerza de intentarlo, nos convencerá...

El otro día me tragué "La amenaza fantasma". Bastante floja, no sé si la peor de las seis, pero a buen seguro una de las tres peores. Para los no familiarizados, uno de los pilares de la filosofía Lucas es que "el odio lleva al miedo, el miedo a la ira y esta al lado oscuro" -no sé, o algo así- .
La mitología de la derecha valenciana está también llena -más que Star Wars de hecho- de alusiones al odio: odio al PP, odio al éxito, odio a la F1, odio a la Comunitat, odio a la llengua valenciana, odio a Calatrava, autoodio... sólo falta el "¡Oh Dios mío!". Todos estos, odios que por supuesto anidan en los duros corazones de esos "izquierdistas" de los que nos llevan protegiendo veinte años.
Debo ser una castaña de rojo catalanista pues me temo que no odio a nadie. Primero me da una pereza enorme. Es que en realidad no sé si tengo muy claro qué es eso de odiar... ¿Tener muy mal concepto de alguien? No creo ¿desearle mal? igual es eso. O tampoco.
No, creo que ni siquiera, saliéndonos del objetivo natural de todo votante tripartitista y yendo a por lo gordo, ni los cabronazos más grandes del mundo me merecen odio. No tiene sentido odiarlos, creo. Me pueden producir un profundo desprecio, pero creo que eso no es odio, que suena a algo más wagneriano, épico y romántico. Más de bilis. Más de Siths.

Volviendo a las cosas mundanas, no odio a nada ni a nadie pero sí hay cosas que me molestan, me estorban profundísimamente. La gente prepotente, ineficaz, derrochadora a escote, incompetente, opaca... sobre todo si tienen responsabilidades públicas. Igual es con eso que se confiunde Bellver. A lo mejor confunde el natural rechazo a una penosa gestión con odio ancestral, visceral, emotivo. No es nada personal, que se suele decir.
Porque me da a mi que no debo ser tan raro y habrá muchísima gente como yo que no odia a nada ni nadie, aunque le molesta que le molesten. 
Sí debe haber gente rara que odia la libertad de los demás, su manera de pensar, o de asociarse. Su libertad para elegir con quién se lían, casan o decidir si deben traer una criatura al mundo, la lleven dentro o no. Aunque claro, más de las que la llevan dentro.  Es llamativo que esas personas conjugan la raíz liber- de todas las formas posibles: libertad, liberal, liberalismo... o liberticidas con los adversarios. Las palabras libertario y libertinaje, que aparentemente están en este segundo grupo, son como curiosas pues a diferencia de liberticida no tiene un sufijo de negación.

"Tu odio te ha hecho poderoso"
  (Emèrador galáctico)
Es chocante que Bellver -y sus correligionarios y voceros- conjuguen dos cosas tan aparentemente dispares: por un lado reúnen en un solo rebaño a tres grupos sociales en principio dispares -aun con nexos comunes como ser de izquierdas y respirar oxígeno o ir al WC- sin pedirles su opinión y por su propio criterio. El criterio de Bellver y cía, digo. Criterio que ve clarísimas las afinidades para decir "todas churras" o "todas merinas", para a renglón seguido glosar las grandes diferencias que les llevarían a despedazarse mutuamente en un rocambolesco cuento de la Lechera, versión Corts. ¿Cómo solucionamos el sisnentido? Ya está: el pegamento que les une -aunque ellos aún no lo saben, por eso Bellver se lo dice, qué generoso- es el odio. Odio al PP, claro. Y con ello, odio a todo lo que representa. Segun ellos, de nuevo.

Jugar a psicólogos es peligroso. Adivinar qué pìensan los demás. Si encima lo que hacemos es atribuirles sentimientos tan negativos, estamos jugando a algo feo. Democracia seguro que no. Me gustaría ver qué da de si Bellver si no le tocara defender ese guión, cada vez más imposible. Aunque claro, tampoco le obliga nadie.


Resúmenes de entrevistas
Nada más lejos de mi intención que desanimarles a leer las interesantísimas entrevistas al síndic popular en Levante y El PAIS. Pero si van justos de tiempo, les hago un par de resúmenes. No grantizo que sean objetivos ni precisos, a  estas horas dudo que esta advertencia sea necesaria, empero.

L-EMV:
Somos más fuertes que nunca. Culpa de ZP. Lo que ha hecho mal el PP, Fabra no lo hubiera hecho. Los aciertos, nuestros: los errores, a pachas. Había F1 en todas las autonomias. No sé quién es Blasco. Lo malo de que haya di/im-putados es que la oposición es muy malvada. No es una disfunción. Eléctil, se entiende. Los dejaríamos -y los dejaremos- bajo la lluvia pero de momento para aprobar leyes, van de lujo. Los diputados del grupo popular pueden hacer lo que les salga de las narices -pedir indultos-siempre que sea a título personal.

EP-CV: 
Con Camps, hacer leyes a destajo molaba, ahora se lleva justo lo contrario. Ahora se ve que era un error, pero debe ser una de las cosas en las que Fabra ya pensaba de otra forma... La financiación es importantísima, pero no piensan intentar modificarla vía estatutaria hasta que no se reduzca el número de diputados: vd no lo entenderá, como yo. Pero sin duda el que sustituya a Fabra dentro de tres o cuatro años sí, y nos lo explicará entonces. Es pues fácil saber quién será: vayan preguntando, y quien entienda ese lío, es el elegido. Seguro que, como Fabra, él ahora lo hubiera hecho de otra forma. Si a Bellver se le hace una pregunta incómoda, la oposición es muy mala. Si ver sentado en el banquillo a Blasco (su antecesor), da cosica, "desde el tripartido se intenta trasladar la idea de que este sistema no funciona cuando gobierna el PP". Textual. ¿están los compis de partido molestos con lo de RTVV? Los tripartitos son caóticos.