DOS PIPAS MALAS (SEGUIDAS)
Los comedores de pipas (de girasol) saben bien que hay pocas experiencias tan desagradables como que te toque una pipa mala. Ojo: pocas, no ninguna. De hecho hay una aún peor, y es que la siguiente sea también mala.
Uno se encuentra tranquilamente entregado a su vicio y de repente, ¡zascarrasca! te pilla una mala y siempre con la guardia baja. Y es que cuando las pipas están malas, saben realmente muy mal. ¿Tan mal como tener una televisión pública nada plural? ...por un estilo.
En definitiva, uno intenta minimizar daños. El trago de agua y hasta el enjuague, eliminación de los residuos de la "traidora" por métodos mecánicos que obviaremos, y a por la siguiente. Y entonces, el desastre. Porque uno, ojo, está esperando como agua de mayo que la siguiente arregle el desaguisado. Es lo que tiene ser "pipa sucesora de pipa mala". Se te exige más. No hay clemencia alguna. Así pues, aunque sea mala pero no tanto como la anterior, no se lo perdonas: ¡tenía que haberte devuelto a la normalidad, al plácido disfrute. No dejarte como estabas o peor.
Cuando estás intentando olvidarte de la anterior y su funesto gusto, no puedes esperar un cuarto de hora -o cien días- a ver qué aporta la siguiente. Quieres resultados ¡ya!
Pues bien, con los directores de Canal 9 pasa lo mismo. Cuando te han quitado de enmedio a un Pedro García, y aún no sabes por qué, pero aún tienes el regusto amargo de la peor etapa de desvergüenza des-informativa, no te puede bastar con que la siguiente pipa tenga un sabor suave. Así pues, no digamos si no sólo se mantiene el sabor anterior sino que se empeora, a los pocos días. Las entrevistas a Alarte en C9 y Ràdio 9 y a Carmen Martínez en C9 dejan pocas dudas de lo que López Jaraba está dispuesto a hacer para enmendar lo que ocurrió la temporada pasada. Es más, demuestran también lo que está dispuesto a hacer para enmendar, no ya los errores de la gestión de García sino los suyos propios.
Tras el espectáculo vergonzoso con Martínez, la de Alarte -para empezar, de nuevo con tres periodistas siempre hostiles con la izquierda, siempre vergonzosamente serviles con el poder local- supuso una nueva vuelta de tuerca apenas matizada porque esta vez perdieron un poco menos los papeles. Y tras la de Alarte en C9, la de Ràdio 9 es un paso más hacia el abismo.
Si quisieran salvar las apariencias, aunque fuera de forma hipócrita, habrían cuando menos convocado a un@ -ya ven, no digo dos- de l@s dos periodistas que tienen no directamente entregados a "la causa" -y cuya cada vez más esporádica presencia en esta pantomima algún día habrá que analizar- pero ni eso.
Pues nada, vamos a por la botella de agua y el mondadientes, y cerremos la bolsa.


PS: A CADA UNO LO SUYO-2
Hoy he oido uno de esos ejemplos de manipulación que me cabrean bastante. La SER (la central) aseguraba que Manuel Fraga había declarado que la reunión entre Camps y Rajoy en Alarcón se había producido "para ganar tiempo" mientras se buscaba una solución al tema Gürtel que se ha convertido en "algo muy importante". Las comillas no se ven en la radio, pero sabéis bien que hay un tono de impostación de voz que las sugiere. No obstante, lo dicho es lo dicho.

Oido después el corte -cuya interpretación no han rectificado- era bastante evidente que Fraga simplemente se acogía al "a mitad de camino entre Madrid y Valencia" que iba incluido en la pregunta, para -escaqueándose un pelo, sin duda- responder que así se gana tiempo, y hablamos de desplazamiento, y que en la calificación de "cosas importantes" difícilmente se puede intrepretar que Fraga estuviera hablando de otra cosa de lo ocupados que están los políticos importantes.
Ni tengo especial predilección por Fraga, ni discrepo de la valoración de que en Larcón se habló de un empastre que crece día a día. Pero si Fraga no comparte mi punto de vista, no veo motivo para hacer ver que sí lo hace. Pues eso.

Oido más material sobre el asunto, sí aprecio en Fraga una cierta preocupación ("problemas importantes, y ahí los hay"). Aunque sigo diciendo que al alusión a ganar tempo es por encontrarse a mitad de camino.