Fíjense dónde dejé el "continuará" del anterior
post y verán qué caduco se queda todo en cuatro días. Estalla la bomba Pujol
-con muuuchas más consecuencias de las que se ve a priori-, Podemos avanza en
las encuestas y además surgen los "Ganemos" (espero que no les oigan los Pujol),
el PP se saca de la manga una nueva norma para intentar garantizarle alcaldías a
CiU, ERC, Bildu, PNV y de paso alguna para ellos mismos, se desborda la
desfachatez para poner nombres pomposos -recuperación intensa o regeneración
democrática- a cosas que además son justo lo contrario, puff.... quien diga que
la política ha hecho vacaciones en verano, se equivoca.
Los temas son abundantes y variados. Y, ya lo
advierto, se nos van a comer por un garrón a menos que la gente se eche a la
calle cuando toque -civilizada y pacíficamente, pero que se eche- y que la
opinión publicada se arremangue y aseste los zurriagazos necesarios -con todas
las buenas maneras y la educación necesaria pero zurriagazos- dejándose de
componendas, paños calientes, adhesiones inquebrantables y equidistancias cada
vez más imposibles.
LO DE PUJOL.
Me crié, social, política y culturalmente, en
Catalunya. Nunca lo he ocultado. Mi contacto permanente y anual con mi tierra
natal (esta) me permitió sin embargo no ser un catalán de pura cepa -creo que de
pura cepa no hubiera podido ser nada- y me hizo más bien un valenciano criado en
Catalunya o un catalán nacido en Valencia; que se lo pensaba bastante antes de dar
por hechas cosas que aquí o allí -que entonces eran allí y aquí- eran, y son,
casi de religión. Como además me precedían en el árbol genealógico, con 4 años
de diferencia, era interesante ver a alguien de la familia enfrentarse a las
disyuntivas que se me presentarían más tarde. Por ejemplo, lo de "Buaaaa!! me
han dicho que el valenciano es dialecto del catalán y no al revés" no me pilló
de sorpresa y tuve tiempo de quitarle la carga emocional, patriótica y sobre
todo jerárquica a una mera cuestión filológica y de flujos demográficos que no
me ha vuelto a quitar el sueño en 40 años.
Con idéntico desapasionamiento -disculpen, suena muy sobrao, ¿verdad?- veía pues el solemne,
engolado y sosegado -"ja farem, ja..." - patriotismo de Convergència
-"conveniència", que les llamaba un amigo algo más rojillo- o el más soñador y
lanzado de los colegas que tiraban más -por cierto, por qué abuisaré tanto de los guiones?- hacia PSUC y ERC. También me fui
convencido de que el pobre Raimon Obiols nunca sería president, y
acerté.
Sin embargo, nunca me hubiera olido que existía
mientras yo estaba allí un diezmo institucionalizado. ¿Qué esperaban? ¿Que lo
guardarían en una hucha para cuando hubiera independencia? curioso: justo
mientras escribo eso oigo por primera vez que era para eso. Los empresarios,
ojo, no les tengan pena: están en el mismo apartado que los que constituían la
red Gürtel: pagaban mordidad pero les hacían adjudicaciones. Que nadie: ni
empresarios, ni políticos ni periodistas hayan puesto esto fétido asunto al
descubierto en treinta años es una vergüenza para todos ellos y para el país -el
que quieran- entero, o sea para todos nosotros.
Un detalle que me impacta es el aspecto de
fragilidad que presentan los personajes de esta peli de evasiones de dinero
-Berlanga: Nacional IV!!!!- ante las increpaciones de la gente de la calle.
Obviamente no están hechos a esto: y es que el clan Pujol -Paramount Channel
programó este fin de semana la trilogíoa de Coppola- era de esas personas
deificadas. Un poco como aquí pudiera ocurrir hace nada con Barberà o Camps.
Quién les ha visto y quién les ve. Siempre he aborrecido las deificaciones. Lo
único deificable es aquello que en realidad no necesita serlo porque ya lo es
per se. Y no se dejan ver mucho.
No obstante, choca tremendamente la convivencia en la misma persona de ese personaje conciliador, con conciencia de estado, afianzador de mayorías estables, piedra angular del desarrollo de la democracia en España -admitido ese matiz incluso por la mayoría de los españoles que sostenían una activa ojeriza a los catalanes pues apoyaban al partido al que habían votado en las generales- y el otro "él" que acumula millones en Andorra. Incluso si nos limitamos a la hipótesis mínima, admitida por el personaje que así evita el uso abusivo del adjetivo "presunto".
Me sorprende el cuajo de Felipe González para decir
que "le cuesta creer" -a mi también me cuesta hacer ciertas cosas pero las hago-
o subrayar lo que todo el mundo da por sentado: eso de "miren hacia aquí" y así
distraer la atención sobre le prole. En ese caso "terció y os hizo mal tercio"
que decía el Marqués de Moncada a Don Mendo. La espita abierta por el patriarca
ha dado pábulo absoluto a las historias sobre los vástagos que ya circulaban y
ahora lo hacen todavía con menos recato, y con borrachera de millones aderezando
el asunto.
Admito que me quedé bastantes días MUY absorto: de
ser cierto lo que se dice, sería la mayor chorizada que se haya dado en España:
por cantidad bruta, extensión en el tiempo, concentración en beneficiarios, y la
legión multitudinaria de personas al tanto del asunto.
Hay dos cosas más que me llaman la tención: la
cronología, perfecta, de la salida a la luz del asunto justo en el momento
idóneo para contribuir -si es que es así- a desactivar el envite independentista
de CiU, ERC e ICV -por qué a este trío no les llamarán tripartito?- pues es
obvio que este asunto consta de montones de pesquisas que no se han ultimado en
cuatro días. De buen seguro se podrían haber aireado hace seis meses, o dentro
de cuatro. Pero esas dos opciones hubieran salpicado sin duda a los dos partidos
"complices" con CiU todo este tiempo, en particular al que controla los tiempos
de este descubrimioento de pastel. Así, aparentemente, sólo lo hará con la
opción que se juega algo ahora, la independentista.
También me chirría más que los postigos del
castillo de Drácula que el partido con el que el PP se dispone a sustentar su
inciaitiva de ley electoral-pucherazo sea... CiU.
Enciam, con la etiqueta de "Regeneración democrática". Hace falta mucha
cara.
(continuará)
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