NI "JUEGO DE TRONOS" NI SAGAS GALÁCTICAS: COMO NUESTRA POLÍTICA LOCAL, NADA!
¿Quién dijo que la actualidad política valenciana es aburrida y que la prensa está fatal? Bueno, esto último lo dijo Justo Serna y sus motivos tiene.
Qué va: la política valenciana es un torbellino de pasiones, con adalides, conspiraciones, amagos de guerras y sublevaciones ante las que la Marca Valentica será el parapeto contra la barbarie. Y nuestra aguerrida prensa local -y esta vez lo digo sin sombra de ironía- dispuesta a contárnoslo con los más diversos y sorprendentes puntos de vista.
Lo de Fabra y el "parapeto ante el independentismo" es una de las mayores chorradas que he oido en la política. Espero que se lleve un buen tirón de orejas a manos de plumas habitualmente afiladas. Sí, sí: no se hagan los locos. Recuerden que a Camps empezaron pàsándole cosas como esta y así acabó el asunto: con la furgoneta del equipo A en danza.
De momento tenemos una reseña y un comentario bastante aséptico de EL MUNDO donde no está claro si suscriben -la alusión a que no es una teoría está estratégicamente colocada- la tesis de que llega el invierno de Berto Stark, y un exhaustivo análisis de EL PAIS donde se sustancia bastante bien la vacuidad del argumento. Díos mío... ¡el parapeto! nada menos. Uno se imagina una escena al estilo de GUERRA MUNDIAL Z con montañas de zombis catalanistas y Fabra I (i últim) en la cresta del muro sacudiendo zurriagazos con un garrote hecho de "financiación Montoro".
No sé quién asesora a Fabra o si estas cosas se le ocurren sólo a él...
Mientras tanto, y cuando cae otra fruta madura -buen viaje, Vicente- las lineas rojas de Fabra siguen siendo motivo de interpretación, especialmente aplicadas a las dos figuras de moda: Castedo y Cotino.
Especial interés cobra el caso de D. Juan. Es llamativo que salga en todas las pelis posibles, pero como dirían en IMDB, sus cameos sean "uncredited". Vamos, que aparece en todos los sumarios pero no está imputado en ninguno. Dicha situación se presta a muchas lecturas, todas ellas bastante especulativas: qué claro debe estar que "no ha hecho nada malo" pues por probabilidad alguna imputación le habría caido, el criterio de Agatha Christie de que la acumulación de indicios da pruebas -válido para novelas sólo-, aquello de "que bien relacionado con los fiscales debe estar" sustentado en algunas de las conversaciones reveladas, o si se quiere, que la acumulación de indicios, si no implica pruebas sí resulta poco compatible con la "normalidad" política.
En este punto insisto en que no veo probable que se diera similar situación con un presidente de las Cortes Generales. Y añado: habrá cosas más importantes que el hecho de que J. Cotino deje de ser president de les Corts, vale: pero también muchas más importantes que mantenerlo -en este caso mantenerse- a toda costa. No es un caso de político con importantísima labor de gestión, pieza insustituible.
Pues bien, el runrun mediático, además de las teles estatales -con desigual segumiento- tiene su versión local. EL MUNDO le sugiere la jubilación con bastante contundencia, EL PAIS tampoco debe ser la lectura favorita de JC en estos momentos, y los dos principales diarios locales se muestran bastante más cautos. Merecen especial mención los análisis de Julio Monreal, subdirector de L-EMV y de Ximo Ferrandis de EL PAIS. Aun partiendo de premisas distintas acaban diciendo que por qué iba a dimitir. Sólo que en el caso de Ferrandis la razón es que hay unos cuantos antes en la lista -imputadicos ellos- mientras que Monreal alude al criterio objetivo de la inexistencia de imputación alguna en una carrera política larguísima. Pero ojo, D. Julio: no es sólo la oposición la que ha dicho que debería dimitir. En este caso, que Català haya dicho que "de estar en su lugar, dimitiría" lo cambia todo: hace irrelevante el estruendo mediático y de oposición que pueda haber. Como apunta un sagaz lector en un comentario.
Aunque esa es otra: la -ejem!- contundencia de Fabra "si lo imputan tendrá que dimitir", aparte de llevarse muy mal con lo de los imputados que "siguen ahí" como el dinosaurio, le puede dejar a la intemperie en caso de no dimitir. Y en cuanto a las voces que han clamado que Fabra lo destituya, deberían reprocharle al MH la tibieza.
Y en medio de todo esto, una teoría conspirativa. Lean el artículo de Fernando Ferrando en EL MUNDO, no tiene desperdicio. Y sí mucho sentido: y es que en uan política local que parece diseñada por la rana de "SMACKS" -me guustaaaaa!- hay que tirar de imaginación para encontrar explicadiones razonables a lo que vemos. De modo que la colocación de Català y Bonig en puestos visible no sría un plan del astuto Fabra para desactivarlas sino una rampa de lanzamiento para... en serio, léanlo. Y luego vuelven.
¿Ya? la teoría de la desactivación local se opone a la de "colocación" -desde Madrid supongo- estratégica. Como se supone que los nombramientos fueron consensuados, ello haría plausible la opción conspirativa. La cuestión es la fiabilidad de los rumores de pasillo que confirmen el "sí, sí: ha sido cosa de Alberto" o por el contrario, cosa de Rajoy y los suyos.
Me temo que ningún periodista está en condiciones de aseverar que las colocaciones de Català y Bonig en sus puestos sean resultado de la firme voluntad de Fabra: no por falta de aptitudes profesionales de quien así lo afirme sino por lo poco fiable de las fuentes... por interesadas. Cualquier testimonio a favor de la teoría "desactivación" se puede achacar a ganas de parentar el poco poder que queda... o ya no. Mientras que si la sibilina colocación de dos cartuchos en la recámara viene de más arriba, lo menos que van a hacer es contarlo.
Dejamos para otra ocasión la enésima resurrección del blaverismo político. Ocasión que no le sgarantizo que se dé...
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