REFLEXIONES Y DIMISIONES
No nos engañemos: la capacidad del líder del partido para hacer dimitir a imputados gira sobre tres ejes: en primer lugar, la capacidad de hacerlo. Sabido es que no se puede obligar a un diputado ni a un concejal a renunciar a su escaño, sólo queda el recurso, a las malas, de echarlo del partido, con lo que peligran las mayorías -lo que introduce un subfactor, la holgura de dichas mayorías, distinta en cada caso- pero sí se puede cesar a alguien de un puesto de confianza, cartera, etc; o hacerle dimitir.
En segundo lugar están las urgencias coyunturales. Un buen ejemplo es la apertura de juicio sobre Fitur en plena precampaña de las Europeas -recordemos que con las renuncias a escaños no sólo se cumple con al aparente dignidad de no tener gente compartiendo escaño y banquillo sino que se retrasa enormemente el proceso- y otro la imputación de Johnson en el penúltimo día de campaña de esas mismas Europeas. Como ven, diferentes grados -imputación y apertura de juicio oral- pero idéntico efecto al coincidir la circunstancia: elecciones.
Y en tercer lugar está, sí, el factor más cercano a lo que se exhibe como motivo principal de las destituciones: la naturaleza, gravedad y -por qué no- el grado de plausibilidad de los hechos imputados. No se te aplicará la misma contundencia si estás imputado por multas impagadas, que por devorar a gente en las noches de luna llena.
Sin embargo, en el caso que nos ocupa, el President ha querido presentar un inamovible y supuestamente robusto criterio. Encima tuvo la -para mi- mala idea de asignarle etiqueta: la famosa "linea roja". Y digo que es mala idea por tres razones: me parece una frivolidad, le veo un punto de hipocresía -uno pone líneas rojas contra algo ajeno, no para dividir lo malo de lo bueno entre asuntos y gentes de su propio partido y estructura gubernamental- y finalmente como mala idea Ppor su propio bien: la etiqueta llamativa lo ha convertido en un arma arrojadiza de fuera adentro -desde prensa y partidos de la oposición-; ya saben, como los brotes verdes o cualquier cosa que se les pueda ocurrir. Si creas algo y no funciona, lo peor es que tenga un nombre de marca que facilite instrumentalizarlo.
El caso de Johnson es francamente jugoso. No fuimos pocos los sorprendidos de que Fabra, en plena operación de cortar lazos con la herencia de Camps, repescara -y más para esa área tan sensible- a la responsable de imagen, comunicación, información, Tele, eventos, etc, de la etapa Camps. ¡¡Precisamente el área más criticada de la etapa de su dimitido antecesor!! es como si Luis Enrique repescara, del equipo del Tata Martino, al encargado de la motivación de Leo Messi.
Las reacciones en prensa local son curiosas, variadas y en algunos casos sorprendentes. Por un lado, quien hace especial hincapié -de forma casi monotemática- en la responsabilidad directa de Fabra del cese,a modo de logro, pese a la apariencia formal de dimisión de la versión oficial. No discuto que tal cosa sea cierta -es lo normal y habitual- pero llama la atención el énfasis. En las antípodas -como de costumbre-, otro diario habla de dimisión sin apuntarle el tanto a Fabra, y como el anterior responsabiliza, en este caso directamente, a Compromís -ya saben, el dedo y la luna- sin olvidar calificarlos de radicales, y enarbola un extraño discurso sobre la pasada de frenada de Fabra al anunciar las lineas rojas. No les falta razón al hablar también de lo difuso de estas -comentario por otra parte generalizado- pero es curioso que la contundencia, más que la inconsistencia, de Fabra al respecto es motivo de reproche. Especialmente analíticos y prolijos se muestran los otros dos, pergeñando interesantes y documentados artículos con diferencias de matiz, empero: uno de ellos enfatiza especialmente en el error de Fabra al repescar a Johnson. Dicho matiz brilla por su ausencia en los dos primeros.
En fin, que resulta curioso que en plena jornada de reflexión tengamos ocasión de recapacitar sobre todos los aspectos negativos de la política, sus protagonistas, la acción de los que los denuncian -que para alguno parece ser especialmente perniciosa por encima de los hechos juzgados- y las acciones tomadas, o no, a posteriori por los que mandan, correligionarios de los presuntos autores de los desmanes. Una intesante forma de focalizar la reflexión, sin duda.
Que vds. reflexionen bien y voten, que las democracias cuestan mucho de conseguir.
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