LA RABIETA DE CADA CUATRO AÑOS

El viernes pasado, la cadena SER tenía programado un debate entre Jorge Alarte y Francisco Camps. En directo y en horario de máxima audiencia (9 de la mañana) en desconexión nacional. Por tercera vez, Camps dio plantón a su rival electoral, al medio radio de más audiencia de la CV (más de la mitad de los que están oyendo la radio en ese momento, un porcentaje similar al que le auguran las encuestas), a su siempre correcto jefe de informativos, a tres directores de diarios valencianos (incluido su adorado LAS PROVINCIAS) y sobre todo a sus centenares de miles de oyentes y lectores. Y por terera vez, Bernardo Guzmán quiso convener a la audiencia de su profunda indignaión por semejante desplante.

Y lo hizo de forma contundente, usando palabras muy duras -de esas que suele utilizar la oposición y los diarios y radios siempre entrecomillan- como "baja calidad de la democracia en la CV". Más algunos apelativos, no por poco ariñosos inmerecidos, al propio Camps. Pese a la contundencia (absolutamente adecuada) hay algo que no me termina de cuadrar.

Siento un gran respeto por el jefe de informativos de Radio Valencia, como periodista y como persona. Pero no deja de sorprenderme. En primer lugar, las fuertes ( e insisto, merecidas) expresiones utilizadas por BG me hacen pensar que el concepto de Camps que reflejan y describen no corresponden a un estado de opinión de sólo 72 horas de antigüedad. BG no puede haber perdido la paciencia con Camps anteayer. En primer lugar, porque decir "hasta dónde ha bajado la calidad de la democracia" de la CV implica la asunción de un deterioro progresivo que evidentemente todos observamos, que Guzmán reconoce y en el que no le falta razón. Y que es, creo, la primera vez -sin embargo- que expresa tan claramente.

Pero entonces me pregunto, y es una pregunta doble, si no se le agotó ya la paciencia, y si no por qué no se le agotó ya...
..cuando Camps se negó a asistir al debate en las dos ocasiones anteriores?
¿Cuando se hizo evidente hace semanas que a esta tampoco acudiría?
¿Cuando un miembro del PP tiene la desfachatez de decirle en la cara que "La SER no es la panacea"?
¿Cuando Rambla, Cotino, Blasco, la (tan respetada en RadioValencia) Rita Barberà, o el propio Camps se refieren a SER y PAIS como "agentes políticos del PSOE" o del gobierno?
¿Cuando Rita Barberà decidió no dar más entrevistas a Radio Valencia?
¿cuando el PP decide no comparecer a los debates de los lunes si estos no le convienen?
¿Cuando el PP decidió boicotear a la SER en la Europeas?
¿Cuando se dignaron a volver sin ninguna explicación?
O bien centrándonos en la figura del propio jefe de informativos...
¿Cuando C9 daba el doble de espacios "tertuliantes" a cadenas con la cuarta parte de audiencia de la SER?
¿Cuando C9 empezó a colocar a Bernardo Guzmán en días en que se trataran temas poco espinosos? -le borraron de las dos o tres semanas primeras de Gürtel-
¿Cuando empezaron a espaciar sus comparecencias?
¿O cuando Camps y los suyos decidieron prescindir de él, pensando que ya se podían permitir vetar a PRISA en Canal 9, y lo suprimieron -así como a A. Tórtola- de los programas de Carrau?

No comprendo que ninguno de los episodios citados haya tenido repercusión en forma de queja o explicación -tan sólo el boicot y de aquella manera- desde los informativos de Radio Valencia.
Sigo, seguimos sin saber si la desaparición de la SER de las "plurales" tertulias de Carrau les paree algo aceptable y de quién es responsabilidad, en qué términos se les hizo saber.
Tampoco ha repercutido en forma de cambio -salvo ramalazos episódicos- de linea editorial respecto al PP, donde se sigue dando cumplida cuenta de la agenda institucionañ-propagandística de Camps, de los comunicados de Blasco y de los exesos verbales de Barberá. Se sigue y se seguirá, me temo. Y obviamente si ese cambio de rumbo cursara ahora, sería un poco tarde.
Si B. Guzmán sentía lo que dijo, y eso sería lo lógico, los informativos de Radio Valencia deberían ser de otra forma. Desde hace mucho tiempo.

Así que desgraciadamente, sobre ese ritual de citar cada cuatro años a los candidatos de PP y PSPV, y enfadarse por la ya previsible no comparecencia del del PP, pesa un irremediable aire de impostura, de querer quedar bien ante la enésima bofetada del PP-CV a Radio Valencia y sus oyentes... o de pataleta de querer y no poder.
Y no sé qué es peor.

Un saludo desde la charca.