¿PERO QUÉ DEMONIOS PASA CON LOS TRENES?
Después de lo ocurrido aquí hace apenas cincuenta días, nos encontramos en apenas un plazo de seis horas con dos desastres ferroviarios. Uno en Egipto y otro en el norte de España. El de aquí ha tenido, afortunadamente dentro de la desgracia, una dimensión menor que el de la linea 1 del Metro. Visto el estado del tren y las cracterísticas del accidente, aún podemos dar gracias. El de allí, morrocotudo como lo suelen ser los de los paises donde la desgracia se dimensiona proporcionalmente a la miseria que planea sobre las infraestructuras públicas.
Me chocó en un primer momento que las autoridades egipcias se apresuraran a achacar el accidente a la velocidad y la responsabilidad a ¿lo adivináis? el maquinista muerto.
No me chocó menos que también se nombre la velocidad como argumento en la catástrofe de Villaba. Y una vez más y no dos-por lejanía no me pronuncio sobre Egipto- diré que sólo se puede decir que "la velocidad es la causa" sin pasar por idiota si a continuación se pregunta uno a qué se debe la excesiva velocidad. Porque si no, para eso nos podemos quedar con "la causa del accidente es el vuelco del tren".
Así pues, espero y exijo que quien corresponda se haga esa pregunta y la responda. Y que se tomen las medidas necesarias para que no vuelva a ocurrir, y por supuesto depurar responsabilidades de la causa, y de la causa de la causa. Me alienta ver que C9 -además de hacerse eco de los presuntos motivos del accidente- también se haya preguntado, lejos de contentarse con explicaciones simplistas, sobre las causas del exceso de velocidad... Esta vez, sí.
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