TONTOS DE LOS COJONES
En primer lugar, mis disculpas por lo poco original de comentar la frase, y por la tardanza en hacerlo. De lo primero, no tengo excusa. De lo segundo, es que ha sido hoy cuando he oido algo que me ha hecho valorar la frase como corresponde.
"No sé cómo hay tantos tontos de los cojones que siguen votando a la derecha".
La frase, para empezar, es impresentable.
En primer lugar, por las formas. En segundo, por asignar tan groseramente una opción política a la estulticia.
Pero sobre todo, es mentira. Aunque no lo dice expresamente, da a entender que sólo los tontos de los cojones (TDLC, en adelante) votan a la derecha. Eso es una barbaridad.
No obstante, la frase en su literalidad no es falsa al 100%. Claro que hay TDLC que votan a la derecha. Y a la izquierda, al centro reformista, al nacionalismo... si es que hay TDLC.
No nos engañemos. En toda población existen lumbreras, listos, menos listos... y así hasta donde se quiera. Si casi todos, en un momento u otro, decimos de alguien que es un imbécil, sería muy ingenuo suponer que no hay gente idiota, siquiera en algunos aspectos. Se hacen demasiadas estupìdeces en este mundo como para que no tengan autor. Como humanos, sería absurdamente petulante decir que todos somos entre listos y muy listos. Así que admitamos la hipótesis de que algunos tontos habrá.
Votar es algo que nos iguala: porque cada voto vale lo mismo, porque no hay que razonarlo y porque llamar tonta a una parte (de 0 a 100%) del electorado queda muy feo. Pocos se espantan al oir "hay mucho gilipollas" en ámbito general, pero asociado a una toma de opción -social, cultural, deportiva, política, religiosa- horripila y probablemente con razón.
Sería arriesgado e injusto decir que hay partidos a los que votan más lerdos que a otros. Lo que sí es obvio a veces, es que algunos partidos, o mejor dicho representantes de los mismos, cuidan más, o bien dicen más cosas que puedan atraer el voto de los TDLC si los hubiere. Por lógica, esas cosas deben ser más bien sandeces que cosas juciosas. Una de ellas puede ser "El consell no quiere hablar ni embarullar del caso Gürtel porque no son cosas que interesen a los valancianos".
Desde luego, hay que ser tonto de los cojones para tragársela.